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martes

Carta demorada

¿Sabes? Eres tremendamente desagradecido, y no conoces la vergüenza. No te interesas sinceramente nunca por mí, y solo me buscas para desahogarte sobre tus problemas, porque sabes que desde que nos conocemos siempre estoy ahí. No te importa lo que me ocurra a mí, puesto que ni preguntas,  y las pocas veces que lo haces por quedar bien,  ni me escuchas  ni te esfuerzas siquiera por aparentar que lo haces. No respetas ni mis vacaciones, y para colmo luego cuando te conviene ¡me dices que molesto...!

Desde luego todo lo que te ocurre te pasa con razón y lo mereces. Te he ofrecido mi ayuda respecto a tu familia, te he estado enviando ofertas de trabajo incluso no sabiendo de ti, he aguantado que jugaras conmigo durante y después de que me ocultaras grandes cosas, que no dieras la cara por nosotros y en lugar de eso te fueras de viaje y de fiesta…etc.

Si no te deseo lo peor, es porque sé la repercusión que eso puede tener en mi vida, y porque creo tener un nivel de humanidad suficiente para anteponer entre otras cosas la compasión y el perdón. Simplemente desearte feliz salida y entrada de año, y vida en general. Ahora le toca a otro aguantar tus penas, hacer el papel de novia o de psicólogo, si es que le das una oportunidad de que permanezca en tu vida. De lo contrario, ya sé quién será el mejor amigo y paradójicamente la mas asidua compañía de la soledad. No será porque no he intentado ayudarte. Ojala algún día te des cuenta. Solo espero que no sea demasiado tarde para que aprendas a valorar estas cosas, si no en mi, en otra persona.

Siento que necesito desechar unas últimas lágrimas, enviarte esto y pasar página, pero no me salen… Espero que quede zanjado ya el asunto, tanto o más como lo deseas tú. Una pena, pero aunque ahora no te importe, es lo que has provocado y quiero y debo dejar de consentir.

Necesitaba despedirme de ti.

Hasta nunca… o para mi, ¡hasta otra vida!.


*Expongo esto como primera muestra de aceptación y firme decisión de alejarme de ti, dejando patente la creciente irrelevancia que va adquiriendo este tema.



Como duele arrancarse las espinas,
tanto tiempo clavadas... 
Ya tocaba cerrar puertas
e intentar abrir ventanas. 

Dicen:
"aprende a regalar tu ausencia 
a quien no merece tu presencia". 
Es una afirmacion que me resulta
algo prepotente y orgullosa,
pero en este caso acertada.

lunes

Faro

Yo no quiero esos ojitos de mago
si ellos solo piden ver barbies morenas,
ni esos oídos que gozan 
escuchando acento de telenovela. 
Sin embargo acabaré conformándome
con las sobras que de tu corazón me ofrezcas.

Yo no necesito antifaces
para que alguien me quiera.
Bastará estar a tu lado para ser feliz,
y si tiene que ser, ya te darás cuenta.

Por lo pronto no surcarás ya más mi mar,
a expensas de cómo valores la oferta,
cuando se te caiga la venda,
si no has visto tu oportunidad marchitar.

martes

Amor reencarnado

Amor reencarnado,
fantasma del pasado,
ahora renovado,
con diferente traje
y similar esencia.

Cuánto te he buscado,
más que día tras día,
vida tras vida,
sin éxito hasta este momento,
en el que no te dejaré escapar.

Como coger el mismo tren
en la misma fecha, hora y circunstancias
no es posible,
así el tiempo sin negociarlo nos fue cambiando,
hasta cruzarnos en un andén 

de una estación desconocida,
destino ya lejano 

respecto al punto de partida.

Ya no reconozco tu perfume,
me cuesta volver a acostumbrarme a tus labios,
dame tu cariño, chico indomable,
bésame con dulzura para sanar todo daño.

Bríndame el cristal de tu límpida mirada,
de gozosa transparencia y brillo esmaltado,
fija tus pupilas dilatadas en las mías,
dancemos al compás de una melodía
de sueños reparados.

Reconstruir un puzzle
requiere de paciencia y constante esfuerzo,
dedicación y atención,
con el trabajo y respeto de ambos,
de ello merecedor es nuestro amor.

domingo

(Paréntesis)

Hoy no tengo ganas de ruido,
de destapar la olla a presión del bullicio,
de sacar a pasear mi soledad,
de mirarme en el espejo,
tan siquiera de reojo,
solo de escudriñar rincones presos del olvido,
fuera del alcance de la vista de los demás.

Hoy permanezco en mi morada,
arropada en la penumbra por mis sábanas,
entre el silencio ensordecedor de un reloj 
que no susurra el paso del tiempo,
y la eternidad de sus horas calladas,
casi fallecidas, faltas de motivación.

Pienso, estremecida, 
en el estrépito producido 
por la explosión de vacio.

Acompáñame sigiloso desde el umbral
que separa nuestros pensamientos,
hasta los confines de la ilusión propulsora.

Incertidumbre

“Solo las palabras me ayudan, me guían y consuelan. Estas, tan sencillas, tan sinceras, ocupan a veces el espacio en el que no estás, el hueco que dejas. El vacio que no pueblas. Otras, mas vanas, matan el rato y se dispersan, solitarias, en la barra del bar. Son estas, las palabras vanas, las que mueren en el mismo instante de nacer, pues carecen de sentido y de hondura. Están un instante, y se van y no perduran, como las personas cuyo rostro y nombre olvidamos y que ahora, desde que tu te has ido, de vez en cuando pueblan mis noches. Esas palabras salen de mi, a veces, como dagas envenenadas, pero no son sino disparos frustrados, fruto de la presión y la incertidumbre, de la rabia que me produjo tu adiós y el dolor que me causa tu olvido. Nunca he deseado que lleguen a alcanzarte, pero me cuesta medirlas, como me costaba no mirarte cada amanecer. Hay otras palabras que asesinan soledades, alimentan compañías. Palabras que desean consumir relojes…”

Fuente: 
Fragmento de La mano del adios, 
relato de Luisa Tomas. 

viernes

Evolucion: conquista interior

Quiero devorar el mundo, 
pedacito de cielo,
paladear su sustancia
y no mirar atrás.

Quiero colorear tu mirada,
dibujarte sonrisas púrpura,
que subamos a una nube
y no descendamos de ella jamás.

Tiéndeme tu mano,
que yo la agarraré bien fuerte,
para que no temas,
para sentir tu apoyo y cercanía. 

Bésame en la frente,
que yo cerraré los ojos 
para que un escalofrío persiga 
de punta a punta mi espalda,
como la yema de mis dedos 
recorren tu nariz, 
callan tus labios, 
y estremecen tu piel con caricias 
hasta erizarte el vello.

Quiero vivir cada segundo a tu lado,
derretir el fuego,
calmar la sed de océanos,
ponerlo todo del revés.
Gritar siendo mi voz el silencio,
dormir sabiendo cierta 
la realidad de mis sueños,
concretado alguno en encontrarte, 
allá desde donde me pienses e imagines.

Compartiendo contigo  
cada raíz tallada de nuestro ser,
siendo espejos el uno para el otro,
maestros de alfarería 
en el proceso de aprendizaje que es la vida, 
moldeándose hacia la perfección,
amoldándose mutuamente 
a las supuestas imperfecciones constreñidas  
a un posible o subjetivo cambio progresista.

Dónde estarás ahora, 
me pregunto, 
qué estarás haciendo…
Me gustaría poder observarte a escondidas 
y darte pistas con sutiles susurros 
sobre mi paradero,
pero no querría alterar 
el orden natural de los acontecimientos.

Puro amor, 
pura luz… 
Omnipresente, 
Omnipotente…:
Envuélveme con tu manto rosado y tu azul protector.
Transpórtame a su eterno presente 
por el ligero sendero transmutador, 
canal violeta que procuran mi fe 
y mis dorados pensamientos.

Flota mi conciencia hasta elevarse 
y hacerme sentir equiparada al paraíso, 
más que eso, 
nadando en ese inmenso mar de energía 
en el que soy una gota electromagnética, 
con él unificada, 
y guiada por la multitud de otras tantas, 
de calidad variada, 
según su bagaje experimental.