Me aferro a mi almohada para soñar
que en un rincón dentro de ti existe
y será capaz de susurrarte
que mi anhelo se aproxima.
Sin embargo,
tu razón aterriza en tierra estéril
adueñándose de toda su envergadura, sin dar cabida a una dimensión de receptividad.
Amor con hélices, nómada:
¿dónde te escondes?.
Desconozco tu paradero
y ninguna llamada atiendes.
Oculto entre la maleza
de una selva utópica,
paisaje paradisiaco,
incendiada tiempo atrás.
Cubre con cenizas mi llegada,
luego sopla y hazme relucir.
Déjalas marchar
y acoge con todos tus sentidos
lo nuevo que comienzas a sentir.