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martes

Breve reencuentro

Un lustro y dos años más tarde desde la primera vez, hoy te he visto inesperadamente, desde mi asiento, subiendo en el mismo autobús en el que me encontraba, con aire despistado, fiel a ti.

Precisamente en ese momento escuchaba una voz que me recuerda a algunos ratos compartidos y que nunca pasa de moda en mi reproductor, ya ves. Cuántas veces habremos entonado las canciones de Carlos Escobedo... De hecho en mi caso demasiadas, ya que en los últimos tiempos juntos cuando los enfados entre los dos eran cada vez más frecuentes, martirizaba en casa a mis padres y vecinos.

Mucho más relajado y sonriente desde la última en condiciones, hace más de 1500 días, he podido reconocer en tu mirada al primer chico del que me enamoré de verdad.

Tu cercanía al saludarte y al entablar conversación sobre las novedades en las que hemos estado ausentes el uno para el otro me han conducido inevitablemente a sentir cierta nostalgia. 

Tu espontaneidad me ha transmitido un cariño profundo y sincero que creí que no serías capaz de volver a mostrarme nunca, y eso me ha llenado tanto de gozo que desde ese instante no he podido pensar en otra cosa que en escribir sobre ello, aunque prácticamente con toda seguridad tú no lo vayas a saber jamás. 

Es indescriptible lo que pueden ayudar a sanar el pasado tan sólo unos minutos así de agradables, sin presiones, en un ambiente de lo más natural y neutral. 

Han tenido que pasar mucho tiempo, muchas experiencias y emociones hasta sentir esta paz contigo, y casi conmociona pensar que supera la belleza e intimidad que implica hacer el amor. Tanto es así que en cierto modo aseguro haber hecho el amor contigo esta tarde, sin necesidad de contacto físico ni de pasar el resto de nuestros días en recíproca compañía. 

Hemos elevado la expresión del amor y del perdón al infinito, y eso es más especial de lo que puedo hasta ahora haber vivido.

Simplemente sé feliz porque lo mereces, aunque lo llegase a dudar, y me alegraré porque así sea, como lo he hecho hoy, en nuestro breve pero intenso reencuentro.

domingo

Una esencia aferrada al misterio

Perdóneme usted la vida
si en algo le ofendí,
pues no era mi intención intimidarle
y hacerle sentir desnudo ante mí.

No huya y después finja
que nada ocurrió.
Simplemente admita
que no le agradó
lo que sugerí y leyó.

Demasiado conocimiento
en tan poco tiempo.
Sorprendido quedó
de que le alcanzara
y arrojara luz bajo el umbral
que fervoroso reservaba,
exclusivamente y apenas 
para ser dilucidado 
por su propio ser.

Por qué teme
mostrar sus cartas,
si de nada insté petición.
Baje la guardia,
que comentarios sin malicia
realicé en mi “declaración”.

Si algún día reflexiona
y ve en esto veracidad,
contacte conmigo
y habrá regresado
a nuestra inicial realidad.

sábado

Un motor poderoso y latente

El peor enemigo 
se oculta tras un disfraz de amigo,
que dificulta la hermosa vista 
al extenso infinito 
desde la terraza 
de un rascacielos sin ascensor.

De un rudo nido de aves carroñeras 
estallan los huevos.
De otro nido, los polluelos 
hasta ahora sumisos y sin conciencia, 
carne de cañón, 
se rebelan. 
Pían hasta ensordecer el vasto universo 
desde cada nación, 
mientras se les van sumando adeptos 
en busca de una misma solución 
a diversos planteamientos.

Se va promoviendo un despertar 
desprovisto de pereza e ignorancia, 
sin más reloj que una sucesión de protestas 
a consecuencia de hechos transcurridos 
sin respaldo social.

Pronto se dará a luz 
a la primera losa de resolución, 
satisfactoria o no, 
pero habrán tomado parte 
los principales afectados, 
unidos e implicados 
en un hecho de amplia magnitud.


viernes

Agridulce condena

La primera vez que sostuve nieve entre mis manos
no fue la primera vez que la sentí.
Tu mirada ya había hecho gala de su belleza,
pero también de esa gelidez
que el fuego de la mía sentencia derretir.

Corazón prisionero, enjaulado,
equidistante del mío
pero danzando distinto son 
y a distinto ritmo.

Juego a despistarme,
a prometerme fidelidad,
a conservar mi dignidad, 
pero contigo es tarea ardua.

Intento que cada día me haga falta 
menos de todo y más de nada.
Ceñirme al presente, 
inmovilizar impulsos 
que debo contener para no sufrir.

Y aún así permanezco a tu lado,
manteniendo encendida la llama cándida
que me empeño en no ver perecer.
Soñando la eterna conquista de tu piel,
de cada beso de tus labios, sabrosos como miel.

jueves

El vagar de su veneno

Con el coraje reducido
el intrépido aventurero
regresó por dónde había venido.

Se había precipitado a dar
lo que no tenía,
y haciendo gala de su osadía,
dio lo que le sobraba
a la amada inconsciente,
que presas sus lágrimas
en un pañuelo,
y acariciando su mejilla,
temerosa de sí misma,
besando sus labios se despidió.

Apostó demasiado fuerte
por una meta en blanco
que le conduciría a la muerte
de su corazón.
Sin poder impedirlo nadie,
desenvainó su afilada espada
y al fin se la clavó.

Sin un ápice de remordimiento 
la doncella pidió auxilio;
para sí misma clemencia misericordiosa,
sabiendo que su plegaria 
era muda en oídos ajenos,
y recordando por un instante 
todo lo que con él vivió.
Le bastaba reconocer 
sus propios sentimientos,
aunque él jamás la creyó.

Advirtió en su último suspiro,
que algún día él se percataría del error,
sin espacio para rectificar y enmendar justamente
aquella felicidad compartida 
que pudo y debió ser para ellos dos.

Y así fue que se dio cuenta pasadas décadas
que era sincera y correspondía su amor;
que en su vida había un hueco excavado
preparado para sepultar la historia no acontecida
que tanto daño causaba en su interior.

Rasgando con uñas y dientes,
sin poder despojarse jamás de esos sentimientos,
decidió convivir eternamente con ella, 
rondando su tumba más allá del firmamento.
Dedicándole rezos, 
oraciones prohibidas, 
clandestinamente 
por sus circunstancias y condición.

Dejó de ser amigo de los espejos.
Su reflejo era una inyección de veneno 
para sus pupilas.
Aborrecía la imagen ensombrecida
que le devolvía su desdicha
en forma de atuendos que sustentaban 
la ira y frustración.

lunes

Renacer en el jardín de las turbulencias

Desde su balcón sobresalían, 
pareciendo trepar por encima 
del desteñido metal, frío y duro,
múltiples flores de diversos colores vívidos
y de intensa aroma embriagadora.

Desconchones en la pared, 
de un ocre tierra.
La mirada perdida, azul mar, 
moteada de verde césped 
del utópico paisaje de sus sueños.

Ensimismada y sumida 
en su paraíso personal, 
olvidó incluso su nombre.
Abandonó sus pensamientos 
para transformar en calma 
sus inquietudes.

Sobre sus encogidos hombros
una manta que ya le pesaba.
El agobio hizo 
que se despojara de ella.

Sorbió de la taza 
la infusión amarga 
dulcificada por terrones de azúcar 
hechos con el molde 
de su aterciopelado rostro.

Un mechón de su cabello se descolgó 
sobre su despejada frente 
como una liana,
mientras observaba próxima a ella,
revolotear, una mariposa.

Se avecinaba gota fría.
Destellos en el techo del subconsciente,
el cielo de lo misterioso,
creaban confusión en su interior 
abriendo grietas irreparables.

Boca balbuceante, interrogativa,
ansiando ser acallada por otra,
vengativa, arrebatadora,
innecesariamente de un ser con corazón.
  
Despertó y enterró 
turbios recuerdos,
y cambió el abono a sus plantas,
por no verlas marchitar.

Las regó con esperanza
y energía renovada,
prometiendo en su presente 
un futuro mejor, carente de dudas,
que no iba a derrochar.

Ambigua apariencia

Siempre a medias ese colocón,
que mientras sube sabe a gloria
y cuando baja el diablo dispara con cañón.

Ando a tientas por si acierta,
procurando un mal menor,
cobijada entre almohadones,
sollozando con temor.

No dispares más demonio,
ten de mí compasión.
Deja que siga en las nubes
y abandona ya el tesón.

Detén la guerrilla,
pues vengo en son de paz.
traigo dulces y música suave,
velas y aromas para calmar tu sed audaz.

Coronado el conflicto
por dos banderas blancas
ondeadas en el horizonte,
grito y suspiro se hicieron uno, 
allá en la cima del monte.

Dormidita en el cielo,
acurrucada entre ángeles púrpura.
Eternamente protegida,
mecida y bendecida por su amor.

domingo

Grillos

Una trenza a un lado, 
el resto de pelo suelto,
los párpados oscuros,
labios pálidos,
rímel y zapatos rojos de tacón.

En soledad y en esa esquina,
en la noche silenciosa y fresca,
terminó de evaporarse 
mi ilusión por ti.
Entonces pensé: me planto.






Deuda

No quiero ser 
"un calentón", ni que nos demos "cuatro besos de mierda".

No quiero ser 

un "pasatiempos" en tu "proceso de desintoxicación".

No quiero ser 

un "quizá algún día", un eterno "si no pasa bien y si pasa mejor".

No quiero ser 

parte de tus "sentimientos oprimidos por la razón".

No quiero ser 

"el reflejo y la descarga contra mi de tu bagaje con otras personas".

No quiero ser 

"un número más que alimente tu orgullo".

No quiero ser
juzgada por la "identidad falsa que has creado sobre mí".

No quiero recibir

"cómplices miradas ni pícaras sonrisas sin proyección de futuro".

...Porque tenías razón...: 
por más que lo intento, 
no me salen las cuentas 
ni sirve posible reclamación...


  

martes

Jaque sin mate

Oigo sus pasos, se acerca, sigilosa pero imponente, tratando de arrebatar esta vida acontecida por inercia.

Permanezco inmóvil, agazapada, esperando ser arrollada por ese caudal de fuerza suprema, temiendo lo inevitable y desconocido.



Huye todo resquicio de resistencia en mí y resignada me abalanzo y me hago presa de su ferocidad. Juntas caemos precipitadamente al abismo. Aún es pronto y algo debe amortiguar el golpe.


Busco el horizonte que debería extenderse bajo el límite que establecen mis pies pero no hallo nada sólido, tan siquiera con lo que tropezar.

Venero esa capacidad de arrastre, que con todo arrasa, menos con la esencia de la verdad. No asola los frutos del terreno devastado, cultivado honestamente y con humildad. 

Que somos algo más, por todo indestructible.

Contexto de desazón

Cuanta cera en los oídos, 
cuanto necio, 
cuanta hipocresía.

Cuanto ojo ciego, 
cuanta hiel en el alma, 
cruel agonía.

Que siempre andan contando 
los mismos cuentos, 
la misma gente, 
día tras día.

Que hacen hervir mi sangre, 
que congelan mi corazón, 
que asedian mi melancolía.

No quiero escuchar 
en estos momentos 
ningún pretexto.

No quiero observar los despojos 
de falsas amistades 
bajo ningún concepto.

Tan sólo desfallecer 
sobre el regazo 
de un ser alado.
Dormitar en su sombra.
Hallar transmutado 
el contexto al despertar.

domingo

Afirmo, firmo y confirmo

Una palabra anunciada;
una caricia que nace y muere sellada por un beso;
una mirada de pupila dilatada, profunda y afectuosa;
un palpitar agitado; 
una emoción tejida en el corazón.

La brisa enredando mi cabello de carbón.
Tus dientes, copos de nieve, asomando entre tus sedosos y casi inexistentes labios.
Mi mano rozando levemente la tuya 
por menos de un segundo.
Tu vello erizado, y los dos risueños.

Silencio abrumador.
Estrenduosa sensación de espontánea complicidad.
Chorros de impetuosa sinceridad.
Pies que caminan muy despacio y descalzos,
arriesgando y aguardando pacientemente 
por una recompensa insustituible e insuperable.

Fe en la justicia kármica; en la vida; en el amor. 
En ti y en mi.
Esperanza de felicidad merecida para ambos.
Oportunidad de complementación, de disfrute, 
de celebración; de compartir conjuntamente: 
libertad, sueños, inquietudes, risas, aficiones...
De aceptar todo un "nosotros" 
sin renunciar a cada "yo".
De que te compartas conmigo 
y de compartirme contigo. 

Aprender a serenarte; 
enseñarte a abrazarme.
Que entiendas que jamás podría causarte daño conscientemente y te relajes.

Déjame ver qué hurgas en tu interior 
y te ayudaré a recomponer piezas. 
Permite que te muestre que en mi puzzle 
tú eres varias de ellas.

Comprueba la autenticidad 
de la realidad que nos está envolviendo.

Ocupa tu mente con lo bello dicho, hecho y sentido. 
Participa en la construcción de un nuevo trazado, transparente y sencillo.

Atrévete a amarme y confirmarás que en esta historia no hay espacio para rencores, temores ni arrepentimientos.

viernes

Errónea actualidad, holagrama defectuoso de realidad.

Hoy, 
cuando compruebo la futilidad 
de los bolsillos de mi pantalón, 
la serpiente venenosa y envenenada 
que agoniza anidada en cabezas de tiburón, (cómodamente resignadas a la posesión del poder 
frente a la patente insignificancia de valores humanos), se abren paso ejecutores carentes de toda piedad, voz y voto, obrando cuales títeres sobre inocentes, objetos de guillotina.

Hoy, 
cuando compruebo la ausencia de un amor pasado 
y miro alrededor, 
saco las garras de mis entrañas para filtrar toda mirada falaz, toda palabra sucia, todo sentimiento condicionado por otro egoísta de soledad.

Hoy, 
que las nubes derraman lágrimas 
y al instante sale el sol, 
que el clima es más variable que el viento, 
y que la intensidad de los aromas que respiramos 
va perdiendo fuerza, 
me cuesta mantener el ánimo estable y en calma.

Hoy, 
que el presente es un continuo futuro incierto, 
que no sé dónde posarme 
y dónde desarrollar mis alas, 
reposar  y curar mis heridas, 
hacer crecer mi interior sin trabas.

Rasgando a tientas la espesa oscuridad. Deseando vislumbrar un atisbo de luz.

Luces Y Tinieblas brota de un corazón corazonado y descorazonado, a menudo enajenado y eclipsado parcialmente por circunstancias vividas en la propia piel, pero que nunca se rinde ante las adversidades que subyacen en la Oscuridad. Nace de un Alma que no trata de ocultar lo que le Perturba y lo que le Motiva en su trayecto hacia la Evolución, tratando de ser cada vez más consciente del poderoso deber de involucrarse en la concreción de la Esperanza para así alcanzar la Verdad sobre el Origen de la Luz, que en mayor o menor grado siempre se haya presente en nuestra existencia como Eje y Esencia Universal.