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jueves

Mi cobijo

A gatas,
sin rumbo,
postrada en la cama.
Afligida por tu ausencia,
desgarre de entrañas.

Llanto sin lágrimas,
surcos en mi rostro,
palidez de mi alma.

Otra vez no, te lo ruego,
de nuevo no, te suplico…
Mi corazón te ha elegido
y no lo quiero hacer enmudecer.

Abre los ojos de tu corazón,
pequeño ángel,
entrégate a la ilusión
que cada uno perdió en su senda.
Recupérala y vuelve a hacerla tuya,
como fundidos estuvimos los dos.

Dáte esta oportunidad cariño,
y déjamela aprovechar,
que no hay ser más especial
que quien soy cuando estoy contigo,
que quiero desatar mis extremidades
y dejar las vendas caer.

...y ampararme sobre tu ombligo,
bajo tu abrigo.
Soñar que no hay mayor refugio
ni mejor conexión con el universo
que me puedan ofrecer 
ni me fuese capaz de convencer.

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